Se ubica inmerso en el Club de campo Los Pingüinos, en la localidad de Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires. Dentro de un lote de forma triangular, donde dos de sus lados son perpendiculares, se decide ubicar la vivienda retirada paralelamente a los ejes mencionados, logrando así aventanamientos con las mejores visuales.
La vivienda se ordena en dos volúmenes, uno bajo que se apoya en el suelo, donde se encuentran los servicios y el acceso principal; y otro elevado donde están los dormitorios, y debajo de este se ubica el estar comedor y la escalera que liga ambos volúmenes, que se separan entre sí mediante un aventanamiento perimetral.
Se decidió optar por un sistema portante trilítico de vigas, losas y columnas, conjugadas con tabiques. Los mismos serán ejecutados en hormigón armado y descansan sobre zapatas del mismo material.
Entendiendo al hormigón como elemento generador de sensaciones, de impronta característica y expresividad formal, se decide emplearlo como eje central promotor de carácter y estética general del edificio, que al conjugarlo con cerramientos de vidrio laminado, aportaran una imagen diáfana sin soslayar calidad espacial y dotaran al conjunto de una permanente importa atemporal.
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