El conjunto está situado en la Carretera de Ribes, al noreste de Barcelona, muy próximo al Nus de Trinitat, que conecta la Ronda de Dalt con la Ronda del Litoral —uno de los nudos viarios más importantes y transitados de la ciudad—, y junto a la estación de Trinitat Vella.
El proyecto contempla la construcción de 35 viviendas distribuidas en dos bloques. Ambos edificios se relacionan, en planta baja, a través de un espacio público situado a una cota elevada respecto a la calle. Los dos volúmenes se disponen sobre un basamento de hormigón tintado que contiene el aparcamiento. A partir de esta cota el soporte formal de los dos edificios será la cerámica, en forma de diversos elementos y aparejos de obra vista. Uno de los objetivos del proyecto es responder a la diversidad de condicionantes compositivos y constructivos mediante la utilización de un único material. La pieza base es el ladrillo perforado, con formato 24x11,5x5 cm, con acabado manual de color rojizo y colocado a sardinel, con el que se soluciona la totalidad de las fachadas.
Una envolvente cambiante resuelve al mismo tiempo la ventana, la protección solar y la privacidad. Junto a las aberturas se genera una sombra vertical mediante la colocación de una pieza especial que tiene como base el mismo ladrillo perforado, con la variación de una de las dimensiones del molde (24x17x5 cm). Este estriado vertical que va variando de ubicación aporta percepción de movimiento y dinamismo a la imagen del edificio. Además, en función de la orientación de las diferentes aberturas y terrazas se introduce la pieza de celosía (de 24,5x11,5x11,5 cm) a modo de protección solar y visual del espacio exterior.
En su fachada norte, uno de los volúmenes está enfrentado a una estación de producción eléctrica de grandes dimensiones. Consecuentemente, en este lado se minimizan las aberturas, desde la tipología de la vivienda, y se introduce un elemento expresivo en fachada con la misma pieza de base, pero con una de sus caras esmaltada en tonos verdes. Esto da lugar a un ‘jardín’ cerámico, compuesto por distintas franjas verticales, que logra mejorar la presencia visual de esta fachada dentro de su entorno.
De esta manera el proyecto consigue obtener una imagen unitaria del conjunto mediante el uso de variaciones de una única pieza, lo que genera multiplicidad de situaciones y efectos que otorgan singularidad al edificio, resuelto con un único sistema constructivo basado en la obra vista, con un aparejo a junta continua que evidencia el papel no estructural y libre del muro de cerramiento.
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