En un área alejada de la ciudad, un pequeño museo se organiza a la manera de la casa tradicional, en torno a un patio protegido por los generosos aleros de las construcciones perimetrales.
Sobre los muros de piedra, que se conforman junto a una lámina de agua según técnicas características del norte del país, descansan unas cubiertas de hormigón que tensan los espacios interiores con sus suaves formas hiperbólicas.
{{item.text_origin}}