Proyecto de interiorismo en un piso alto situado en el Turó Park.
La actuación se realizó en la entrada principal, el espacio compartido por salón-comedor- cocina y el dormitorio principal.
Para la entrada principal, de un tamaño considerable, se propuso un mueble a medida que cubría todas las necesidades de la familia. Con un banco integrado con iluminación perimetral el mueble aprovecha cada uno de los espacios. A los lados, con bandejas extraíbles que dan cabida a todos los zapatos de la familia y capacidad para guardar todos los abrigos. En lo alto, espacio de almacenaje para maletas de cabina, las más utilizadas a lo largo del año. Bajo el banco quedan guardadas las raquetas y bolsas de deporte. En un lateral, se ha facilitado un espacio independiente para guardar una escalera para poder acceder a la altura de las puertas altas. El espacio del banco cuenta además con un cajón con enchufes para poder cargar los móviles.
La iluminación de la entrada queda resuelta con los focos Klimt Surface de BPM.
Esta gran entrada da paso a un salón de proporciones considerables en el que la intención principal era convertirlo en “un jardín en casa”, que el verde entrara en casa y no se quedara solo en la terraza. Para ello vestimos las balconeras con telas del editor textil Alhambra en un acabado que ofrece la elegancia de la cortina con caída y a su vez la transparencia de la rejilla. Una gran alfombra cubre todo el espacio del salón en un color que inequívocamente nos traslada al verde de la naturaleza. Los cojines, realizados a medida con tejidos de James Malone, Aldeco y Jab y una lámpara de pie a modo de escultura, el modelo Yuh de Louis Poulsen.
Ya desde el salón se vislumbra el imponente comedor. En él, nada pasa desapercibido, desde la estupenda mesa de mármol Sahara Noir con forma ovalada de Molteni a juego con el buffet hasta el papel de Phillip Jeffries que inunda la pared de dramatismo. Y como colofón final a este gran espacio, dos bellas Noctambule de Flos cuelgan del techo manifestando sutilmente su presencia gracias a su transparencia.
La cocina fue concebida como un espacio abierto que atrajera la luz que desde las grandes balconeras entra. Para ello, se diseñó un cerramiento en hierro lacado negro con vidrio texturizado. El mismo cerramiento se utiliza para la puerta de la cocina tras la cual se encuentra la gran despensa en cuyas paredes se han previsto estanterías realizadas a medida de suelo a techo para aprovechar bien el espacio.
Desde el recibidor, y a lo largo de un pasillo, se encuentra el dormitorio principal cuya pared de más de 8 metros, donde apoya el cabecero, se viste con el revestimiento Common Threads de Phillip Jeffries, un papel que se caracteriza por su textura ya que está confeccionado con hilos jaspeados y teñidos mediante un proceso natural.
Para ensalzar este gran mural utilizamos las lámparas colgantes Scotch de Marset como elemento decorativo y para una luz de lectura nos apoyamos en los apliques IO de Fontana Arte que otorgan delicadeza y elegancia al dormitorio.
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