Realizamos una remodelación integral de un piso en un histórico edificio de 1862, ubicado en una de las calles más importantes de la ciudad de Sitges (Barcelona). La vieja configuración del piso respondía a una arquitectura interior desactualizada, típica del siglo pasado. Creamos una envolvente metálica que nos permitió demoler todas sus paredes no estructurales y elevar el suelo de la propiedad para satisfacer estándares más modernos de instalaciones mientras cumplimos con los requisitos del cliente.
Reconfiguramos los espacios para enfatizar la división entre áreas diarias y más públicas, de las más privadas del hogar. Las paredes internas se plantearon de forma paralela a las periféricas, para permitir un mejor uso de las habitaciones. Las paredes estructurales permanecieron intactas, excepto las orientadas al sur, que se abrieron con importantes apeos para dar luz al área de estar y comedor, mientras se aprovechan las vistas a una plaza interior. Elaboramos un cuidadoso proyecto de interiorismo para mejorar la funcionalidad y sumar carácter en el ambiente.
El siguiente proyecto nos planteó un gran desafío. Tuvimos que renovar íntegramente la arquitectura interior de un piso en un edificio distinguido por el valor patrimonial de su fachada. Ubicado en pleno casco histórico de la ciudad, nos encontramos con una planta antigua, oscura y desconectada que necesitaba de una solución profesional, capaz de realizar una puesta en valor de la propiedad para sacar su máximo potencial. Durante todo el proceso mantuvimos un diálogo fluido con el cliente, residente en Hong Kong, para asegurarnos de estar respondiendo a sus deseos y necesidades.
Como solución, diseñamos una estructura metálica que nos permitió liberar la planta de una serie de divisiones innecesarias e irregulares que limitaban el funcionamiento actual de la propiedad. Configuramos las nuevas particiones para que estuviesen perpendiculares a los muros, un ajuste de cuadrícula que nos dejó hacer un uso más eficiente del espacio. Replanteamos la división entre el área social y privada, utilizando el acceso y la zona de baños como división natural entre ellas. La fachada catalogada, se mantuvo intacta.
Al entrar al hogar, el cliente deseaba mantener una sensación de amplitud, respetando la visual existente entre los cuartos y el área de estar. Además, deseaba que su nueva propiedad tuviera una conexión fluida entre el interior y el exterior. Así fue que decidimos transformar un pequeño balcón en una terraza. La decisión de subir el suelo por razones estructurales nos permitió esconder y enrasar las guías del nuevo ventanal con el piso. Así enfatizamos la sensación de continuidad entre la terraza y el área de estar, reduciendo la complejidad visual anterior y mejorando la funcionalidad entre el afuera y el adentro.
Para su diseño interior se recurrió a distinguidas piezas de mobiliario. Un equilibrio entre muebles y objetos modernos y grandes clásicos del diseño. Entre ellos, un sofá Oruga y los sillones BKF, un ícono del diseño del siglo XX. Además, piezas de arte acompañan materiales como la madera y el mármol.
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