"Somos, en esta época, unos pocos, los empeñados en atentar contra las cosas, en crear en nosotros espacios para la vida, espacios que no existían, ni parecían tener que encontrar lugar en el espacio" Antonin Artaud “El Torreón” es un espacio diseñado para la atención integral de la infancia y sus familias, que pretende ser un lugar: de diversión, formación y ayuda para la infancia; de orientación, reflexión y apoyo a las familias; de estudio, debate y desarrollo de nuevos modos de atención para los profesionales.
En este proyecto realicé el diseño, redacción de Proyecto Ejecutivo, cálculo de estructuras y dirección de obra.
POÉTICA Y RETÓRICA DEL PROYECTO
La dificultad de trabajar en un solar particularmente estrecho, tan solo 4,7 metros y conflictivo por su disposición y entorno, lleva a plantear nuevos volúmenes y sistemas estructurales, que se abrazan al contexto mediante soluciones técnicas y formales ejemplares. La fachada es donde se concentra los aspectos compositivos y constructivos más interesantes del proyecto, es el rostro del edificio, un mirador privilegiado hacia el exterior, que se integra con las construcciones vecinas para completar la trama urbana y conformar el perfil de la calle. Además de las premisas puntuales, nuestros clientes nos demandaron construir el proyecto en el menor tiempo posible, así como el aprovechamiento máximo en el solar. Debíamos además conseguir la máxima luz natural en el interior y una gran transparencia con el exterior, en cierto modo apropiándonos del espacio calle para aliviar la escasez de metros en planta. Todo ello potenciando la accesibilidad integral, sin barreras arquitectónicas y con la máxima eficiencia energética posible. Dando el aspecto de una pequeña máquina que contuviera un buen espacio de ámbito social y potenciara como bien citaba Scheerbart nuestra cultura. Nos decantamos por realizar la estructura del edificio con perfiles metálicos y forjado de chapa colaborante. El volumen y alineación nos lo marcaba la normativa. Abrimos al máximo los huecos a fachada y a patio interior. Grandes vidrios en fachada que van de jácena a jácena ocultando las ventanas practicables perpendiculares a la fachada sobre un paño también de cristal creando un volumen acristalado de planta primera a cubierta donde solo queda vista la estructura interior. Así conseguíamos romper visualmente la volumetría tan marcada por la normativa. Además de romper con la barrera de espacio exterior- espacio interior, público-privado. El patio interior en cambio lo cubrimos por completo con pavés translúcido, creando una lámpara de luz natural. Conseguimos así que el solar alargado y estrecho disponga de luz natural todo el día. La distribución interior fue un trabajo de “tetris” , aplicamos normativa, acomodamos los accesos verticales junto a una medianera, oculto a fachada por un pequeño paño ciego y distribuimos las salas necesarias según la premisas que requería el centro juvenil.
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