On the right of the rectified course of the Llobregat, protected by La Ricarda lagoon, the seafront has been conserved entirely and is now a natural protected area housing certain species of birds. The flat, bright beach still plays host to the ruins of two former military buildings. One of them is the former barracks; only a series of intermingled walls remain with large openings linking each area. The other is a small, uninspiring neoclassical villa the roof of which has gone but which still preserves its overhangs, frames and façades. It is a building of a movingly puerile nature. We were entrusted with rebuilding these ruins for a bird observatory. The link between the ruins and the beach settings was so ideal that it seemed improper to alter this and we understood that it was best to understand the programme handed to us in the minimal sense. The first of the ruins was merely consolidated. The romantic villa was also simply strengthened preserving the fallen stone blocks in the same place and allowing a fig tree that had sprouted on the roofless areas to grow. The need to access the upper floor in order to spot the birds and compliance with accessibility regulations gave us grounds to create a counterpoint for the ruins. The new ramp unfolds endlessly forming a promenade crossing the building so it can be seen from all perspectives.
[ES] En el margen derecho del rectificado cauce del Llobregat y protegido por la laguna de la Ricarda, el frente de mar se ha preservado íntegramente y ahora es un espacio natural protegido donde anidan algunas especies de aves. En la llana y luminosa playa se conservan dos construcciones arruinadas de origen militar. Una de ellas es un antiguo cuartel del cual solo quedan una serie de muros entrecruzados, con grandes aberturas que comunicaban los espacios. La otra es una anodina pequeña villa neoclásica que ha perdido su cubierta pero conserva las cornisas, molduras y frontones. Es una construcción de una puerilidad emocionante. Nos encargaron una reconstrucción de estas ruinas, para destinarlas a un mirador-observatorio de aves. La relación de las ruinas con el entorno de la playa era tan perfecta que parecía impropio modificar esa condición y entendimos que el programa que se nos daba era mejor interpretarlo en su sentido mínimo. La primera de las ruinas solo fue consolidada la romántica villa también, simplemente, se reforzó, conservando los bloques de piedra caídos en el mismo lugar y dejando crecer una higuera que había brotado en los espacios sin techo. La necesidad de acceder al piso superior para avistar a las aves y el cumplimiento de la normativa de accesibilidad nos dio el argumento para crear un contrapunto a la ruina. La nueva rampa resultante desarrolla su inacabable longitud construyendo una “promenade” que atraviesa el edifico y permite contemplarlo desde todos los puntos de vista.
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