La Casa Azul es un proyecto concebido como una obra emocional que necesita de la participación directa del usuario para descubrir su historia y su significado en cada detalle del recorrido. Una casa urbana, construida en 1906, cerca de un gran lago natural. El cliente, originario de la región, residente en México. La arquitectura moderna mexicana y el arte neoplasticista europeo. El proyecto para la Casa Azul se estructura con la combinación de estas tres partes. 1. La casa, entre medianeras, está en Bañolas, una ciudad pequeña a 100 km de Barcelona, en medio de un entorno natural privilegiado: entre una llanura verde y un lago natural. Aunque estaba habitada, la casa era un laberinto de espacios inhabitables, paredes mohosas y techos quebrados. Visiblemente, el trabajo principal, con un presupuesto muy ajustado, sería recomponer los espacios, hacer llegar la luz natural al interior, y recuperar la materialidad escondida. El estado de la casa obligó a hacer un trabajo juicioso y cuidadoso de derribos y repicado de muros y de eliminación de falsos techos. Se abrió la puerta del tiempo al descubrir el esplendor y la gracia de los muros originarios de sillares regulares de piedra caliza de la zona y las vigas de sencillos troncos de madera que sostenían un forjado realizado con la misma piedra caliza de las paredes. Estas sorpresas forzaron a trabajar inteligentemente con lo existente y consensuarlo con las necesidades del cliente.
2. Cada proyecto es un vínculo de confianza entre el cliente y el arquitecto, y esto significa que se crea una relación cercana. En este caso, el cliente vive en México y la relación, aunque distante físicamente, se convirtió en casi personal por la comunicación virtual constante. La diferencia horaria jugó en contra al momento de tomar decisiones rápidas pero el reto estuvo en mantener el ánimo alto (de todos) hasta el final.
3. La arquitectura y el arte unieron, una vez más, dos mundos distantes. Los experimentos escultóricos y coloridos de Barragán y Legorreta dieron paso a la abstracción plástica de Mondrian. Así, la materialidad y los colores se usaron solamente en las nuevas intervenciones, como una muestra de respeto a la realidad del momento tanto de la casa como del cliente.
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