Matali Crasset comparte para la edición impresa de Glocal No.3 la manera en la que percibe el diseño. Sus palabras ponderan la importancia de la libertad creativa así como el trabajo en equipo.
Por: Redacción
Fotos: Cortesía Matali Crasset
La oportunidad de establecer un vínculo con Matali Crasset se dio en el momento en que DIEZ le pidió el diseño de su stand para Maison & Objet en septiembre del 2010, el cual sin duda fue uno de los más gustados. Así, en conjunto con Rodrigo Fernández, director creativo de la firma mexicana, preparamos una entrevista en donde Crasset pondera la importancia de la libertad creativa así como el trabajo en equipo. No se ve ella sola trabajando: necesita jugar y experimentar, para después crear objetos o espacios en donde lo lúdico siempre está presente.
A esta pregunta más allá del diseño, prefiero responderla con “quién” y “con quién”. “Quién”: más allá de la función que es un mínimo, veo cada vez más este comercio a través de los proyectos que llevo, como una partera, una partera calificada. Y cada vez menos para dar forma a la materia —la estética—, sino más bien para salir, unirse, organizarse en torno a valores comunes y las intenciones, sus vínculos y su conexión en red en la colusión, la sociabilidad.
En la mayoría de los proyectos en los que estoy trabajando actualmente busco resaltar esta dimensión del trabajo en equipo y colaboración. Creo que en los recientes proyectos Maison des Petites en 104, París, las casas silvestres de Vent des Forêts en Fresnes au Mont en Meuse, en la escuela La Bié en Herbe en Trebedan, Gran Bretaña con la Fundación de Francia, en el restaurante Loudun en Viena o Dar’hi en Nafta Túnez o con Cédric Casanova y los aceites de oliva de Sicilia en Belleville; existe una dimensión de crecimiento local que me interesa mucho. Es evidente que la contemporaneidad ya no es patrimonio exclusivo del mundo urbano.
Por supuesto, yo también diseño objetos, pero los objetos no son ni el centro ni la finalidad del proceso creativo. Es una actualización entre otras posibilidades (escenografía, arquitectura, exposiciones …) a la vez determinado, un sistema más amplio de pensamiento.
“Con quién”: el diseñador no sólo los proyectos. Yo no soy una artista, aún cuando tengo un pensamiento independiente. Tengo el gran placer de enfrentarme a las fuerzas de la costumbre, de integrar las limitaciones y de trabajar a partir de ellas. También me gusta el desarrollo de complicidad con diferentes artistas, como Peter Halley, Mzryk & Moriceau o los dueños de Hi hôtel, Patrick Elouarghi et Philippe Chapelet.
No hay errores o malos proyectos. Hay colaboraciones que facilitan. Siempre he pensado que mi trabajo debe ser abierto, abierto a los demás, trato de dejar espacio para la experimentación en el uso, abierto a colaboraciones.
En primer lugar una oportunidad increíble. Me uní a la agencia en enero de 1993 cuando se puso en marcha el proyecto Thomson Multimedia, sin duda uno de sus grandes proyectos de diseño industrial. Durante cinco años fui la intermediaria entre Starck y Thomson Multimedia con el entonces jefe de la estructura de diseño integrado, Tim Thom. La desmesura del proyecto, el rediseño de todos los productos de las tres marcas dieron la increíble libertad de proponer, de diseñar… Pude ver funcionar su trabajo excepcional, su capacidad de análisis, su comprensión de los proyectos y formas y también su brillante don de síntesis, es decir, su capacidad de identificar el potencial de cada proyecto.
Este proyecto fue una verdadera revolución cultural dentro de Thomson y también una aventura humana, para quienes formamos parte del equipo de Tim Thom. También tuve la oportunidad de hablar a profundidad e intercambiar verdaderas reflexiones con Starck acerca de la tecnología, las interfaces y el diseño, estos intercambios me nutrieron. Muchas gracias Starck.
Actualmente trabajo en diferentes proyectos: • En Escocia casas, cabañas, un centro de arte contemporáneo en el Mosa, bosque viento. • Una comisión pública de lámparas de la catedral de San Benigno en Dijon.
• La renovación de un cine independiente en Saint Germain des Pres en París.
La curiosidad, la apertura al mundo sigue siendo el mejor consejo.
Doy las gracias a Philippe Starck por las puertas que se me abrieron. Voy a mencionar afinidades electivas: Bruno Munari, Enzo Mari, Joe Colombo, Angelo Mangiarotti, Denis Santachiara… y Nanna Ditzel. Descubrí su obra relativamente tarde, pero me siento espiritualmente cerca, sus áreas de intervención fueron más limitadas por ser una mujer de diseño hace 50 años, sin duda no tuvo la libertad que tengo.
Lo conozco más o menos. Recuerdo haber visitado una casa particular de Luis Barragán en la que el agua de la piscina, un poste, y el color creaban armonía y un espacio mágico, una sensación de profundidad, ligereza y bienestar.
Jardinera.
Dar’hi es una casa de huéspedes que entiende la cultura del oasis. Es un refugio y es abierto al mismo tiempo. Un retiro para poner el cuerpo y la mente al unísono y apreciar la cultura tunecina y la vida en el oasis. Es un lugar en el que se pierde el ritmo de la ciudad y rápidamente se olvida todo. Nafta tiene la capacidad de absorbernos, una ciudad fortaleza en la que no ha cambiado nada y se puede regresar a lo básico.
Es un proyecto que se ajusta a la extensión de mis colaboraciones con Patrick Elouarghi y Philippe Chapelet con quien ya he hecho el Hotel de alta en Niza, mas tarde, la playa Hi-Beach y con los que trabajo en el proyecto hotelero Hi-matic en París que abrió sus puertas esta primavera.
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