Tipología:Universidad Educación
Fecha:1989 - 1994
Ciudad:Aveiro
País:Portugal
Fotógrafo:Luis Ferreira Alves
Contenido en un bloque rectangular de ochenta metros de largo por veinte de ancho, el edificio de Ciencias Geológicas se ubica en el campus de la Ciudad Universitaria de Aveiro. El plan de ordenación del campus preveía una imagen uniforme para las diversas facultades, indicando el uso del ladrillo visto en los revestimientos exteriores en un intento por evocar tanto la tradición cerámica de la región de Aveiro como la de los campus anglosajones. El proyecto, sin embargo, se acomoda sólo parcialmente a esta ordenación, sustituyendo las piezas cerámicas por lamas de piedra rojiza cuya coloración y marcada horizontalidad resultan semejantes a las del aparejo de ladrillo recomendado.
El programa se desarrolla en tres plantas organizadas a través de un corredor central que divide el volumen longitudinalmente. La planta baja integra el acceso —situado en un extremo, junto a un muro opaco de color amarillo que avanza frente al plano de la fachada—, un auditorio —enfrentado al acceso y marcado por un muro opaco azul en el exterior—, laboratorios, clases, despachos, instalaciones y aseos. La planta segunda también incorpora laboratorios y despachos a ambos lados del corredor central. La tercera y última planta, finalmente, rompe el esquema compositivo de los niveles inferiores sustituyendo el pasillo central por un vacío iluminado cenitalmente al que se orientan varios despachos, y reemplazando la circulación axial por un anillo perimetral. En el remate del edificio destaca la proliferación de conductos y máquinas de instalaciones —abundantes en un edificio de estas características—, que animan la cubierta plana con el brillo del acero inoxidable.
Exteriormente, la propuesta cuenta con dos testeros ciegos de hormigón visto y con dos fachadas longitudinales abiertas, formadas por la superposición de dos pieles de diferente función y naturaleza. La primera de estas pieles está integrada por grandes ventanales de vidrio con la altura total del piso; la segunda, antepuesta a la anterior, la definen una serie de lamas horizontales de piedra caliza y color bermellón. De esta forma, el plano de vidrio se protege del sol, al tiempo que el rigor del prisma se suaviza por efecto de las líneas horizontales de sombra —reforzadas por los gruesos cantos de hormigón visto de los forjados—, dotándolo de profundidad y de una imagen cambiante en función de las horas del día. Sólo los muros sólidos del auditorio y del patio descubierto junto al acceso interrumpen el ritmo de las lamas, sin que por ello se reduzca el alto grado de abstracción de esta ‘caja’ permeable.
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