La vivienda se sitúa en la última planta de un edificio del Paseo Lluis Companys. Las características de su distribución original son las de un piso alargado, con las estancias mas amplias ubicadas en las dos fachadas principales y conectadas por un largo pasillo. El reto del proyecto es trasformar este último desde un simple espacio de distribución a un ambiente mas de la casa, rompiendo su monotonía y eliminando las típicas jerarquías entre espacios de esta tipología de vivienda.
El perimetro del pasillo pierde sus contornos lineares desdibujándose a través de tres volúmenes que, en contraste con el color de las paredes, sobresalen de la alineación de la distribución longitudinal y recogen respectivamente las funciones de cocina, cuarto instalaciones y vestidor.
La cocina, ubicada hacia la entrada, se convierte en el centro de la casa y de la vida de sus usuarios. Un grande hueco en la pared de carga la conecta con el salón / comedor.
Entre los volúmenes se ubican los baños, mientras que en el otro lado del pasillo, una zona de armarios y un estudio. Se abren huecos interiores enfrentados a las ventanas de las fachadas de los patios de luces y se utilizan puertas correderas en todas las estancias para exaltar la sensación de fluidez del espacio.
En la fachada posterior, la zona mas privada de la casa está formada por dos amplios dormitorios.
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