El cliente nos plantea crear un concepto de tienda nuevo en el que todo el producto va estar basado en el azafrán.
Nos describe el azafrán como algo minúsculo, ligero, pero muy valioso y con un gran componente de tradición.
Tomando como premisas estas características, intentamos llevarlas al proyecto y plasmarlas en el mismo, pero con los condicionantes y características de una tienda.
Con esta intención se plantea un sistema de luminarias y expositores colgantes en el techo que crean una topografía de hebras a lo largo del local. Dejando limpio el plano del suelo para darle mayor protagonismo al espacio. Se tratan de elementos lineales rojos, de los que se suspenden cajas transparentes en los que se ubicará luz o productos según la zona de la tienda.
El local se inunda de puntos de luz y productos, que parecen suspendidos en el aire evocando aquella ligereza y valor.
El resto de la envolvente del local evoca a la tradición. Utilizamos un esquema cromático y material que responde al esquema típico de edificación donde se realizaba la recolección y tueste de azafrán: edificaciones con suelo pétreo, paredes encaladas con pequeños huecos y techos con entrevigados de madera.
Estos pequeños huecos que colonizan las paredes funcionan como complemento a los expositores que cuelgan del techo y un mueble-expositor que usa el lenguaje planteado en el proyecto.
Al exterior, una fachada totalmente transparente para que la visión de la tienda y de la topografía del techo sea total y sea atractiva para el peatón.
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