Pongámonos en situación. Sois estudiantes universitarios y venís a vivir a Barcelona.
¿Os imagináis compartir vivienda con 8 compañeros y compañeras? Eso sí, con baño propio y amplios espacios comunes. Una cocina con fregadero, nevera, lavavajillas, horno y microondas por duplicado. Armarios de despensa diferenciados. Una gran mesa comedor. Espacios para charlar en la terraza o a cubierto. Una sala polivalente donde compartir estudio o hacer una partida a algún juego de mesa. Y otra sala con un gran televisor donde ver con los compañeros y compañeras el último episodio de la serie del momento o la final de la Champions bien acomodado en el sofá. Apetece volver a estudiar, no?
Pues este escenario es lo que se imaginó uno de nuestros clientes, invirtiendo en una vieja finca en el entorno del barrio de Gracia para convertirla en una vivienda compartida para estudiantes y nos propuso el proyecto de reforma e interiorismo.
Nuestra premisa fue pensar un proyecto con aire juvenil y desenfadado con unos costes de producción contenidos. De este modo, la complicación se centró en pensar detenidamente la distribución de los espacios para encontrar habitaciones plenamente funcionales con cama, armario, amplio escritorio y baño propio. Así como habilitar unas amplias zonas sociales que potencien la interrelación entre los habitantes de la vivienda más allá del establecimiento de turnos y responsabilidades compartidas, hacia una relación de convivencia fraternal.
En cuanto a los materiales optamos por dejar buena parte de las paredes de obra vista, aprovechando los pavimentos originales y diseñando mobiliario a medida, con madera de pino, para el almacenamiento, camas y escritorios de las habitaciones y zonas comunes. De este modo, pudimos distribuir y maximizar el espacio disponible sin tener que ceñirse a los tamaños de mobiliario de compra.
El resultado, es una gran vivienda compartida con amplios espacios sociales distribuida en 4 plantas.
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