En plena zona residencial de Sitges (Barcelona), realizamos una reforma integral de un exclusivo ático compuesto por 220m2 de espacio interior y 90m2 de terrazas. A lo largo de todo el proyecto, dialogamos y ponderamos las necesidades de los clientes. Se nos solicitó diseñar una planta adecuada para encuentros sociales, enfatizando su relación con la terraza y el exterior. Así mismo, los clientes solicitaron diseñar una zona de trabajo en la parte de alta del dúplex, ya que trabajan desde casa. Derribamos las particiones originales y abrimos los espacios diurnos y comunes con el fin de aprovechar la luz natural y la visual hacia la reserva ecológica de Sitges. Optamos por líneas simples y espacios diáfanos que evocan a la arquitectura mediterránea. Seleccionamos muebles con la capacidad de definir los ambientes y sus funciones. Diseñamos una terraza protagonista que, durante el atardecer, se vuelve el punto ideal para disfrutar las imponentes vistas de la ciudad y su costa.
La configuración original de esta propiedad no se adaptaba a los nuevos usos que sus dueños requerían. Sus habitaciones estaban desconectadas y no tenían relación alguna con la terraza, el espacio con mayor potencial en toda la vivienda. Decidimos realizar una renovación que nos permitiera reconfigurar el apartamento en su totalidad. Desde la puerta de entrada, decidimos trabajar con perspectivas pronunciadas, integrar los espacios y crear ambientes cómodos para disfrutar. Desde el área de estar hasta el gran ventanal que enmarca una vista imponente de la ciudad, nos preocupamos por acentuar la sensación de fluidez.
Hicimos especial hincapié en la cocina, ya que para los clientes era fundamental integrarla al circuito social y vincularla a la terraza. La casa debía estar preparada para recibir visitas. Con ese fin, destinamos la mitad de la planta para habitaciones de invitados y el dormitorio principal, con salida al exterior. La terraza fue íntegramente pensada para disfrutar, recibir, compartir y vivir.
Reubicamos la escalera y la transformamos en una biblioteca. Además de tener un sentido funcional, trae consigo un guiño emocional: subir una escalera – biblioteca nos sugiere un gesto de carácter poético. Compartimos con los clientes que el saber eleva el alma de las personas. Junto a la escalera, una barandilla aporta verticalidad, con impronta escultural. Arriba, el piso quedó exclusivamente dedicado a un despacho con terraza. Diseñamos un entorno íntimo para que los nuevos dueños puedan trabajar desde su hogar.
La reforma también incluyó un riguroso trabajo a nivel diseño de interiores. Seleccionamos junto a los clientes una serie de piezas de mobiliario con las que ellos se sentían identificados. Combinamos clásicos atemporales con piezas icónicas modernas. Se implementaron griferías Hansgrohe, lámparas Foscarini, textiles Nanimarquina y muebles de exterior Gandia Blasco. Sumamos clásicos de Florence Knoll de los años 50, lámparas Venecianas, iluminación Oluce y el icónico Eames Chaise Lounge editada por Herman Miller.
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