Devastada en un incendio del que solo quedaron en pie los muros de piedra, una casona castellana se rehabilita con la inserción de una estructura que replica y completa la original.
Entre los nuevos arcos de hormigón blanco se han abierto lucernarios que buscan llegar a las estancias inferiores a través de un segundo hueco de escaleras, desplegado junto al antiguo gracias a la pericia de los obreros de la comarca.
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