Grandes ventanales y esquinas redondeadas que conectan el interior con el exterior, piscina desbordante que se une con el mar y colores claros que iluminan todas las esquinas de la casa.
La vivienda se caracteriza por el color blanco de la cal de las fachadas, las robustas vigas de madera en el interior, las esquinas redondeadas de todos los muros y la contundente luminosidad que inunda todas y cada una de las estancias.
Para la decoración se ha contado con tejidos naturales, mobiliario de obra que surge de las paredes, materiales cálidos como la madera de roble y el pino para todas las puertas realizadas a medida y elementos de diseño como la iluminación de Marset y mobiliario de Let’s Pause, HK living, así como muchos otros elementos realizados por artesanos locales.
En la casa se pueden apreciar detalles de estilo arabesque y típicos de las construcciones baleares, que encontramos en la forma de construcción de los espacios y en algunos revestimientos de baños y cocinas.
Una casa de estancias amplias, frescas y blancas que se llenan de verde y azul a través de cada ventana. Una vivienda donde los usuarios pueden disfrutar de los espacios que se vuelcan al mediterráneo durante todo el año.
Fotografía: Marcela Grassi
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